Todos hemos perdido la cabeza en algún momento
y no pasa nada. Pero ¿qué pasa si perdemos el pelo?
El pelo ha jugado un papel primordial en
cuestiones de autoestima desde siempre. En las antiguas Grecia y Roma las damas
formaban específicamente a las esclavas para tener su propia peluquera en casa;
y Medusa se fue a vivir a una cueva cuando su hermoso pelo se convirtió en un
montón de serpientes. ¿Quién no habría hecho lo mismo en su lugar?
Hoy en día,
una gran exponente de la peluca es Tina Turner que, a sus 73 años, es incapaz
de salir al escenario sin echar mano de una de las múltiples pelucas que tiene,
ya que su pelo no da más de sí. Y ¿quién no ha preferido quedarse en casa en
vez de salir con las amigas porque la peluquera no ha entendido el concepto de
“sólo las puntas, por favor” o porque el nuevo look es un desastre total? Es un tema que afecta también a los hombres:
Elvis se hizo tan famoso por su tupé como por su voz. Y ¿quién no conoce a
alguno con una ‘ensaimada’ encima de la cabeza o luchando con un peluquín mal
colocado incapaz de aceptar su inminente calvicie?
La universidad de Yale ha llevado a cabo un
estudio que demuestra que tanto
las mujeres como los hombres se sienten no solo más feos con un pelo mal
arreglado sino más torpes y menos capaces. Como es bien sabido la quimioterapia suele
provocar una pérdida de pelo importante que llega en un momento cuando el ánimo
está muy bajo y se necesitan todas las fuerzas para combatir la enfermedad.
Es
posible que este efecto secundario de la quimio tenga los días contados. Se está
llevando a cabo en Estados Unidos y en otros países unas investigaciones sobre
la eficacia de un casco que enfría las células del cuero cabelludo e impide la absorción
de la quimio por estas células conservando así el pelo en aproximadamente un
90%. (Adjuntamos vídeo de TVE al respecto)
Es pronto aún para echar las campanas al vuelo, pero por lo menos ahora se está dando importancia a investigar un efecto secundario del tratamiento del cáncer que aumenta el
sufrimiento de miles de personas e impide que el tratamiento se lleve en la
intimidad.