Vi que hacia mucho viento y me hizo temer que nos quedáramos solos en la Fuente de los Incrédulos. Pero a las 11.05h había mucha gente muy abrigada, muy animada y con ganas de pasear.
Vi que había muchos niños que participaban en esta aventura, y me pareció lógico ya que ellos van a ser los grandes beneficiarios de la investigación que se hace hoy. Me preocupaba que los padres tuvieran dificultades con las sillitas, pero nadie se atascó en el camino.
Vi a la Dra. Saura y a Sergi de la Fundación del Instituto Oncológico con sus familias. Pensé que tenía mucho mérito venir de Barcelona en el día para ver por ellos mismos qué era El Paseíco. El dinero se lo íbamos a dar de todas maneras.
Vi muchas caras conocidas y muchas caras nuevas. Mucha gente joven, pero también no tan joven y di las gracias a Facebook y a Twitter por existir. Ya no me quejaré de que la juventud pase mucho tiempo enganchada a internet.
Vi una cafetería llena hasta los topes con paseantes y acompañantes en un ambiente de fiesta.
Vi a gente que ha sufrido hablar con otra gente que también ha sufrido. Pensé que el cáncer intenta destrozar a las personas, pero también une y las hace más fuertes.
Vi a mucha gente que solo comió un pincho de tortilla. El año que viene habrá que pedir más.
Vi, sobretodo, que hay mucha gente deseando ayudar a los demás y tenemos que aprovecharnos de su buena voluntad para evitar más sufrimiento. No vale quedarse en casa esperando que el estado nos arregle todo. Hay que moverse para que el cáncer de mama se convierta en una enfermedad más de las que se pasan.
Bueno, esto es lo que yo vi. ¿Y tú?
Elaine
